1. Dios es eterno: Por lo general lo eterno es entendido de dos maneras: comúnmente hablando se define como una “duración infinita de tiempo”; sin embargo, al emplear éste término como una perfección divina debemos tratarla con el rigor necesario: lo eterno es aquello que “carece de principio y de fin”; por esa razón, afirmar que Dios es eterno nos indica que está exento del espacio-tiempo[1]. Se desprende de los siguientes planteamientos:1.1 Si Dios es El Creador del Universo entonces existía antes del tiempo y del espacio.
1.1.1 Al no existir el tiempo antes de la creación, Dios es fuera del tiempo
1.1.2 y también Dios es fuera del espacio.
1.1.2.1 Este carecer de “comienzo” respecto a nuestro espacio-tiempo, nos permite afirmar que “Dios es en sí mismo el principio de todas las cosas”, y
1.1.2.2 Al no tener comienzo también carece de “fin” y en consecuencia “Dios es en sí mismo el fin de todas las cosas”.
1.2 El “ser principio y fin”[2] es lo que llamaremos ser eterno o la eternidad como perfección divina. (Isaías 44:6; Apocalipsis 1:8,17).1.3 Dios por ser eterno, vive[3] con independencia total del tiempo y del espacio. La Escritura nos dice que él «llama las cosas que no son como si fuesen» (Romanos 4:17). Por su eternidad todo lo que Dios hace lo hace en presente. Cuando salva un alma el día de hoy podemos estar seguros de que siempre estuvo en su plan divino; no es algo circunstancial pues Él no tiene necesidad de planificar sus acciones: las nociones de pasado y futuro no son divinas sino humanas. Regresemos al texto de la zarza y Moisés en Éxodo 3:14-15, “Jehová, este es mi nombre para siempre” Dios no habla en futuro cuando se expresa acerca de sí mismo porque lo hace desde lo eterno; revisemos con cuidado y notaremos que no dice “…éste será mi nombre…”. Dios no improvisa, por tanto no yerra; Dios no inventa, por tanto no ensaya; Dios crea, forma o produce, todo bajo un canon infalible de actuación.
1.3.1 En su primer sentido el nombre Señor expresa la eternidad de Dios como el eterno YO SOY. El nombre Jehová significa “el que existe en Sí mismo”, sin embargo, el nombre Javah (de donde se forma Jehová o Yaveh) indica la idea de “llegar a ser conocido”. Juntando ambos planteamientos llegamos a la siguiente conclusión: Dios es el que existe en Sí mismo (por tanto se conoce a sí mismo) y es el único con la autoridad de darse a conocer al hombre.
[1] El espacio-tiempo es la entidad geométrica en la cual se desarrollan todos los eventos físicos del Universo, de acuerdo con la teoría de la relatividad y otras teorías físicas. Indica que el espacio y el tiempo no pueden ser consideradas entidades independientes o absolutas.
[2] De aquí verificamos como error el equiparar lo eterno como “tiempo infinito”.
[3] “Lo que es verdaderamente eterno no sólo es ser, sino viviente; y el mismo vivir comprende en cierto modo la acción, no así el ser…” [DE AQUINO, Tomás. Suma Teológica. Primera Parte: Sobre la eternidad de Dios]
Fragmento del Capítulo IV de
¿En quién creíste tu? por Eduardo Joudzbalis
